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En tus manos están mis hijos Dios, por favor, nunca los abandones. Confío en tu poder y en tu buena manera de guiarlos por los caminos que decidan tomar, dales todo el amor y protección durante toda su vida, regálales la fuerza que necesitan y levántalos siempre que se necesario. Mantente con ellos Dios misericordioso, sé que los amas tanto o más que yo.