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El que habita al abrigo del altísimo morará bajo la sombra del omnipotente. Salmo 91:1. Si oras diariamente, si tu fe siempre está puesta en su obra y sus palabras vivirás eternamente bajo sus alas, tendrás un lugar seguro al qué recurrir en los momentos de desesperación y agradecerás cada día de tu vida estar en ese lugar lleno de calma siempre en presencia de Dios.