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El amor y la muerte llegan sin invitación. Nadie puede controlarlo, es así de simple y complicado, nadie puede evitar lo inevitable, por mucho que te escondas del amor hallará ese lugar en el que crees que te proteges para demostrarte las alegrías que trae tan bello sentimiento y la muerte no nos permitirá elegir una hora ni un lugar, simplemente nos alcanzará.