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Dios escucha hasta la oración más silenciosa de un corazón sincero. Esos pensamientos y sentimientos que emergen desde lo más profundo, serán escuchados y atendidos por Dios; nadie más que Él sabe quién eres en realidad. Por eso sabrá cómo fortalecerte y además te bendecirá siempre, guiando tus pasos y manteniéndose atento para protegerte de todo mal y peligro.